Solo hay DOS formas de optimizar el consumo de energía de un edificio, la de mi padre y la otra ¿cúal es mejor?

Quien dice consumo de energía dice también huella de carbono, pero ese sería otro tema…

Aclaro que no existe, no puede existir, un mejor aprovechamiento de las características constructivas, el clima exterior y la configuración los equipamientos que el suyo, pero…

¿Mejor es sinónimo de deseable, viable acaso?

Su método requiere inquebrantables disciplina y pureza técnica, de las desprovistas de pragmatismo -o hedonismo-, empezando por integrar pintorescas rutinas como:

– Cambiar de dormitorio en mitad de la noche, cada noche
– Registrar 3 veces al día las tempertaturas de superficie en 9 puntos
– Clavar la posición de persianas y ventanas para cada hora del día

➡ ¿En serio cambias de domitorio cada noche a las 3 de la mañana?»

«Claro, cada estancia tiene sus momentos óptimos de día y de noche»

➡ ¿Y no sería mejor quedarte en la misma cama, tapándote o destapándote según evolucione la temperatura?

«¿Para qué? Ya sé que hasta las 2 se está mejor en el cuarto interior y a partir de las dos, si he dejado la ventana y la persiana como toca, es mejor el la fachada este»

Todo lo demás son subóptimos de la pureza técnica

Por eso cuando tengo dudas con un edificio, me sorprende alguna métrica de sus consumos o la experiencia de usuario de los clientes es rarita…no tengo más que llamar a mi padre:

Me hace una decena de preguntas, me las repite varias veces, nos exasperamos un rato, gtritamos hasta que se retira a su oasis de eficiencia, repasa sus tablas de temperaturas y aprendizajes de una vida ligada a la termodinámica y…

Al cabo de una o dos noches de reflexión:

«Oye, se me ocurre que sea por X, prueba a hacer Y para confirmarlo»

Dirás que una centralita de control, una IA o que se yo, una simulación energética de infinitas variables llegará a los mismos resultados que mi padre o yo

– Que mi padre y yo
– Que nosotros y mis arquitectos, instaladores e ingenieros de confianza

Pero hay caminos e ideas locas, aprendizajes e improvisaciones, que requieren ser más rarito que la media

Y producen resultados imposibles, pero tan sistemáticos que no puede ser casualidad…y doy las gracias a mi padre

(entre grito y grito)

— — —
Pienso, luego malgasto energía
Soy un Malapraxis Ⓡ

Como tú, pero tal vez más locatis
— — —

Para más historias, con más datos e incorrección: newsletter Malapraxis Ⓡ
Para remngarnos con tu edificio, consultoría nower

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *