La teoría de los cristales rotos

Hace años me contó un Rafa la teoria los cristales rotos, un rollo de escuela de negocios 🥱 que es útil para reflexionar.

La conocéis?

Lo recuerdo así, experimento en NYC/

Aparcaron un buen coche en dos barrios socioeconómicamente opuestos

  • En el pobre y conflictivo, a las pocas horas había sido vandalizado. En el rico, intacto
  • Probaron a romper un cristal del coche en el barrio rico. Al cabo de las mismas horas que en el pobre, vandalizado

Un pequeño cristal roto y Manhattan se convierte en el Bronx

Un poco como en «La Hora 25» de C. Virgil Gheorghiu, las trasngresiones que una sociedad va asimilando pueden terminar en un estallido que aflorará lo peor de nosotros, una deriva estremecedora

Porque roto un cristal, todo el mundo tiende a hacer lo que consienten

El polémico Rudoph Giuliani, alcalde por entonces, utilizó el aprendizaje para sanear el metro

Se limpió y pintó, pusieron cámaras, creo, y carteles anunciando importantes multas por vandalismo. El metro pasó de escenario para Warriors a apto para comedia romántica de Meg Ryan y Tom Hanks. Supongo que fue efímero

A que viene esta historia?

A entretenernos y recordar que (tal vez) acumulamos y nos consentimos demasiadas derivas peligrosas desde la crisis del 2008. Y ni estábamos tan bien, ni estamos tan mal

Crisis y oportunidad siempre hay

No sé, tu que piensas? O mejor dicho, que sientes?

Qué pasará si este invierno es frio y seguimos debatiendo quien y como ha roto que cristal y cuando lo va a arrelglar, en lugar de ocuparnos del que está a nuestro alcance?

Hablo de la energía que despilfarran nuestros edificios y se puede empezar a recuperar este invierno

A diferencia de la partida que se juega en los parlamentos y más allá, este cristal es solo nuestro. Suele ser fácil de arreglar y mejorarán, a tiempo, la convivencia, el bienestar y tu bolsillo

Lo otro, partida o teatro, no va de ti y tu cristal. Ni siquiera de arreglar cristales rotos como objetivo real

Y eso es todo!

Ilustrado con instantánea de barrio rico. Una terraza de cervecita madrileña desmontada por cambio de negocio

Los que se van dejan el cesped aritficial, los que llegan no quitan los tornillos y unos restos, los que pasan tiran colillas y mañana, que se yo, alguien dejará un cubo de basura en el nuevo punto limpio.


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